UNA VEZ MÁS, UN NOTABLE GESTO DE UN GRUPO DE BOMBEROS VOLUNTARIOS PARA CON UN COMPAÑERO

Así como hace algún tiempo nos hacíamos eco de la colecta que realizó un grupo de servidores públicos para poder reponerle el celular a un integrante del cuartel, quien lo había perdido en una salida a un siniestro, esta vez la movida fue mucho más grande e igual de satisfactoria.
El origen fue un accidente vehicular que provocó que uno de los integrantes del plantel de Bomberos se quede sin su único automóvil disponible. Por cuestiones económicas y de otra índole, se complicaba acelerar la reparación del vehículo. Fue así que a un grupo de Bomberos se les ocurrió la idea de poner manos a la obra y darle la sorpresa a su infortunado compañero.
A medida que se comentaba la idea, cada vez más gente se iba sumando a la movida. Varios particulares y comerciantes aportaron lo material y los compañeros bomberos y un par de amigos, la mano de obra.
Para repararlo, tardaron 4 horas, el tiempo que tenían para preparar la sorpresa, ya que el auto estaba en el galpón del propietario, del que habían hecho copia de una llave para no levantar sospechas.
Con un trabajo más sincronizado que el de los mecánicos de Colapinto, en el tiempo necesario concluyeron la reparación y dejaron el auto andando.
Cuando llegó el dueño del automóvil, la emoción y la gratitud invadió la escena, como no podía ser de otra manera. Y después hubo asado, porque la cuestión tampoco podía concluir de otra forma.
La historia no tiene ningún nombre propio, por pedido de los protagonistas y porque no era necesario ponerlos. Las identidades pueden permanecer ocultas, lo importante son los gestos y las muestras de solidaridad, y eso se pudo ver.



