LA ÚLTIMA FUNCIÓN DE “CHAMACO” VALDEZ EN EL HCD: “NO SE PUEDE NO EXTRAÑAR, YO ADORO AL CONCEJO”

Con profunda emoción y una mezcla de nostalgia y gratitud, Marcelo “Chamaco” Valdez vivió este viernes su último día de trabajo como secretario administrativo del Honorable Concejo Deliberante, cargo que desempeñó durante 35 años. “Estoy con sensaciones muy encontradas. Hoy estoy mucho más movilizado. Venir por última vez, abrir la oficina… pero me propuse terminar todo lo de la sesión y dejarle a Leo (Berdesegar, su compañero) por escrito todas las claves y accesos. Eso me mantiene ocupado”, contó en diálogo con Qué Pasa en Bolívar, pocas horas antes de cerrar su jornada definitiva.

El miércoles, durante la última sesión del cuerpo deliberativo, Valdez recibió un emotivo reconocimiento por su extensa trayectoria. “Franco (Canepare, presidente del HCD) me avisó para que estuviera preparado, pero nunca estás preparado para estas cosas. Han sido excesivamente generosos en todos los comentarios. Me incomoda un poco, me emociona, porque uno simplemente trató de cumplir con su deber”, expresó. El momento más emotivo, confesó, fue al arriar la bandera: “Fue quizá el momento que más me quebró. Es un gesto que nunca se olvidará”.

La emoción también se reflejó en su voz durante aquella sesión. “Yo no me había dado cuenta, pero vos sabés que fue un papelón. Me puse a pensar que era la última vez que lo hacía y tuve que hacer una fuerza enorme para no ponerme a llorar como un chico”, recordó. Esa dificultad, explicó, se relaciona con una historia personal: “Tuve cáncer de laringe a los 40 años. Eso me alejó del teatro y de la lectura en público. La laringe es el órgano de la emoción, así que cuando me emociono se me nota enseguida”.

Valdez ingresó al HCD en 1989 tras presentarse a un concurso público. “Me ayudó mucho mi experiencia en periodismo, porque antes cubría las sesiones para el diario La Mañana. Eso me dio una cierta imparcialidad: ponía la misma importancia a lo que decía uno y lo que decía el otro”, relató. Su ingreso marcó el inicio de una etapa que transformaría la administración del Concejo, especialmente en materia de archivo y digitalización.

“Cuando entré, si un concejal me pedía una ordenanza de utilidad pública, tenía que hacer una búsqueda manual. Me parecía imposible seguir así. El Concejo me compró un libro de Access y empecé a armar la base de datos. Me llevó años, pero hoy tenemos digitalizado todo desde 1983. Es un patrimonio que queda para siempre”, explicó orgulloso.

A lo largo de su carrera, Chamaco fue testigo de enormes cambios tecnológicos. “Cuando entré usábamos grabadores con cassette, y las veces que se trababa la cinta… Después vino la grabación digital, y hoy con Pancho (Ariel Navarrete, quien hace el streaming de las sesiones) filmamos y se generan subtítulos automáticamente. Igual hay que revisar todo, porque el acta es textual. Una sesión dura cuatro horas, y hay que escucharla completa”, contó.

Consultado sobre los mejores tiempos del Concejo, no dudó en destacar el valor del trabajo colectivo: “Cuando el equipo está bien conformado y las tareas están delimitadas, el trabajo fluye. Con Leo nos llevamos muy bien. Lo importante siempre fue mantener el respeto y la cordialidad. Me he sentido respetado y querido por todos”.

Aunque reconoce que extrañará el ritmo del Concejo, asegura que su vida seguirá vinculada al arte. “No se puede no extrañar. Yo adoro al Concejo, pero mi idea es seguir en el teatro, que es lo que más me gusta. Si se abre el profesorado de teatro en el CEPEAC, me voy a anotar. Además, tengo dos nietas y varios hijos a los que ir a molestar”, dijo entre risas.

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