“LA GENTE SIEMPRE NOS BRINDÓ MUCHO APOYO Y ESO EN LO PSICOLÓGICO TE AYUDA MUCHO”

Como parte de la brigada forestal de los bomberos de la región, el pirovanense Blas Marti fue parte de la delegación que viajó hace algo más de una semana hacia la Patagonia para combatir los diferentes focos ígneos que se habían desatado allí. Ya de nuevo en la localidad de las diagonales, conversó con Joaquín Latreite para QUÉ PASA EN BOLÍVAR.
“La gente estaba asustada, pensaba que el fuego iba a llegar más cerca del pueblo”, contó Blas, que trabajó en el área del Parque Nacional Lanín, en una zona ubicada a tres horas de Aluminé, el lugar donde hicieron base, mientras que otra tanda de bomberos operó desde El Bolsón.
Entre las muchas dificultades propuestas por el terreno, uno de los principales problemas fue que no podían subir demasiado con las distintas unidades, producto de las empinadas laderas, por lo que fue muy arduo el trabajo humano que debieron llevar adelante para subir desde herramientas a líneas de agua. “Tratábamos de atajar el fuego para que no corriera, limpiando plantas y tirando lo quemado para adentro”, explicó Marti.
“La gente siempre nos brindó mucho apoyo, y eso en lo psicológico te ayuda mucho” expresó y relató que “en cada lugar qué pasábamos, porque éramos una caravana de unas 30 camionetas, la gente salía a la ruta a recibirnos, nos acompañaban”, mientras que también se mostró “muy agradecido a la gente del lugar donde estuvimos, la gente de Defensa Civil nos apoyó un montón, con la comida y el desayuno, eso te da más ganas de ayudar”.
Blas recalcó la importancia del estado físico para afrontar este tipo de desafíos: “subíamos a 1600 metros de altura y todo en pendiente, después bajábamos a un valle, que era donde estaba el incendio, que nos llevaba como 30 minutos bajarlo, todo el tiempo aspirando humo”, detalló, y añadió que ese mismo recorrido se hacía también cada día al atardecer.
Junto a él, como parte de la delegación de la Regional VI, viajaron otros dos bomberos de Bolívar, dos de Urdampilleta y dos de Casbas. Cuando el miércoles por la noche llegó de regreso a Pirovano, hubo toda una caravana en la localidad. “Es imposible olvidar algo así, no pensé que iba a estar tan revolucionado el pueblo”, reconoció tímidamente y agradeció a toda su gente por el acompañamiento.