LA FIESTA DE LA PIZZA BOLIVARENSE FUE UN ÉXITO ROTUNDO Y LLEGÓ PARA QUEDARSE

La verdad es que en Bolívar, supongo que como en cualquier lado, debe dar un poco de miedo organizar un evento, cualquiera fuere, y más aún si es al aire libre. Y si se tiene en cuenta que el espacio es grande, más temor todavía. La Rural, de hecho, ha tenido importantes fracasos, si es que vale ese horrible adjetivo para calificarlos.
Pero lo fundamental, siempre, es hacer el intento, apostar a que los planetas se van a alinear y el evento va a ser un éxito. Calculo que si no existiese esa suculenta dosis de optimismo, no habría evento alguno.
Y esta vez la comisión de la Rural decidió jugársela con algo, a prima facie, bien simple: una fiesta de la pizza. Bolívar lejos está de ser la capital de la pizza, es decir, no es un producto identificatorio de la ciudad… y ni siquiera la mayoría de los antecesores de nuestros cohabitantes son italianos, aunque sean muchos.
Uno podría pensar que el fuerte iba a ser algún espectáculo, bien convocante, que asegure un gran marco de público. No digo un Abel Pintos con Luciano Pereyra, pero sí alguien muy reconocido. Pero tampoco: apostaron por unos buenos DJ’s y un show, el de Gustavo Corvi, variado, versátil y entretenido.
Sin embargo, la ruleta arrojó el número en el que estaban todas las fichas: un pleno categórico de la comisión de la Rural. El clima, muy agradable, más aún el sábado, fue el cómplice ideal para que la primera edición de la Fiesta de la Pizza Bolivarense definitivamente sea eso: la primera, seguramente de unas cuantas.
Es que no hay dudas que, a juzgar por las alrededor de 4000 personas que acudieron entre las dos noches, deberá empezar a instalarse como un hito fijo en cada año calendario y, además, tiene muchísimo por potenciarse.
En ambos días las mesas fueron pocas, ni siquiera las sillas alcanzaron, y algunos terminaron comiendo en el pasto de la pista central, como si de un picnic nocturno se tratara.
Los food trucks terminaron tan “chochos” como vacíos, porque el sábado a la noche más de uno no llegó a las 24 y se les terminó el stock antes de llegar al domingo. Eso es clave, porque el movimiento de trasladar implementos y personal implica mucha logística y, por supuesto, gastos. Pero el saldo fue tremendamente positivo.
La mejor pizza bolivarense de muzzarella resultó ser la de “Vita”, el emprendimiento de Paola Parada que recibió el aval de Manolo Diz, el propietario de “El Cuartito”, la pizzería emblema de Capital Federal, que ofició de jurado.
Se vivieron dos grandes noches en la Rural, que necesita aprovechar y mostrar ese excelso predio mucho más de una vez por año. La fiesta de la pizza se ganó a los bolivarenses y la comisión ya puede ir pensando en el año próximo, cuando, según anticiparon, se elegirá nuevamente la mejor pizza, pero de alguna otra variedad.
