HERNÁN CARABALLO REGRESÓ A BOLÍVAR TRAS ABRIR SU GRAN VENTANA AL MUNDO

Tal vez haya sido la gran chance de su vida, pero conociendo su talento y dedicación probablemente haya sido solo la primera gran chance. Hernán Caraballo regresó de su gira por Europa y Asia Central con un trofeo en la mano, algún premio económico y, principalmente, una agenda nutrida por nuevos contactos que le abren las puertas de lo inimaginable.

Después de visitar amigos y recorrer España, la primera parada artística fue Portugal, con el Festival Internacional “Chuva de Estrelas”, que se realiza anualmente en Peso da Regua, cerca de Oporto, y que ya pasó por la 21ª edición, lo que marca su peso específico y su tradición. Allí, gracias a una excelsa interpretación de “Razón de vivir”, un clásico de Víctor Heredia, se ganó, además de al público luso, el trofeo mayor del certamen, lo que le valió (además de una recompensa económica) la invitación para ser jurado el año próximo.

Además, esa gran performance, fue el disparador para que llegara otra invitación, posiblemente superadora, por el marco, el contexto y el desafío de enfrentarse a un público absolutamente desconocido y culturalmente muy distinto al habitual: el Festival “Meikin Asia 2025”, uno de los más importantes de Asia Central, que se realiza cada año en Kirguistán.

En la nota, Hernán reconoce que muy poco o casi nada conocía de las tierras kirguisas, de esa porción de territorio ubicada entre China y otros países con sufijo “stan” (Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán), que hasta la navidad de 1991 formaba parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Pero fue igual, alentado por sus sueños y esa esencia argentina de temerle bastante poco a lo desconocido.

Así, desembarcó en un mega festival que contó con la participación estelar de Dimash, una super estrella de esas latitudes, que ha conseguido reconocimiento y fama mundial, incluso en Argentina. Junto a Hernán, otra treintena de artistas de todo el mundo, participaron del show, que también tuvo características de competencia. Lo sorprendió que, entre los competidores, su guitarra fue el único instrumento que apareció en escena. Todos los demás cantaban con pistas.

Allí cantó “A mi manera”, un clásico mundial contemporáneo, y guitarra en mano cautivó con “Piedra y camino”, zamba bien nuestra, de autoría de Atahualpa Yupanqui. Esa actuación le valió nuevas invitaciones para seguir en esos lejanos escenarios. Sin embargo, cuestiones personales le indicaron que por ahora era el momento de volver a casa, a Bolívar, con su viejo.

Serán tiempos de empezar de nuevo, pero no de cero. Su carrera ya tiene elaborado un perfil europeo y nuevas puertas y ventanas que permanecerán latentes. Hasta el próximo año y hasta los próximos shows.

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