HABLAR DE MUERTES PARA VALORAR LA VIDA: EL MENSAJE DE ESTRELLAS AMARILLAS

Silvia González y Fran Chávez, integrantes de la ONG Estrellas Amarillas, estuvieron en Bolívar para brindar tres charlas de concientización vial, convocadas por la Dirección de Fortalecimiento Institucional y el Juzgado de Faltas. En un mensaje potente y humano, compartieron experiencias personales, datos alarmantes y la necesidad de un cambio cultural profundo en relación al tránsito.
“Nos pidieron algo de sensibilización y trajimos todo nuestro enfoque interdisciplinario”, explicó Silvia, destacando la variedad de profesionales con los que trabajan: especialistas en salud, derecho, seguridad y manejo. “El tránsito es un tema que atraviesa muchas áreas”, señaló, y celebró la iniciativa local “Vos tenés la llave”, que pone el foco en la responsabilidad individual.
Una de las intervenciones más conmovedoras fue la de Fran Chávez, quien compartió su historia personal: a los 23 años, manejando alcoholizada, provocó un siniestro vial en El Bolsón en el que murieron tres jóvenes. “Tenía 2,7 de alcohol en sangre. Fui presa dos años. Más tarde entré en recuperación y hoy soy parte de esta lucha”, dijo. Fue perdonada por los padres de una de las víctimas, quienes luego la invitaron a representar al grupo JEN, formado en memoria de Juan, Eugenio y Nehuén.
Silvia y Fran coincidieron en algo clave: “El dolor humano debería ser lo primero que cuidemos. Hablamos de déficit cero de gastos, pero ¿cuándo vamos a pedir déficit cero de vidas perdidas?”
La respuesta de los jóvenes fue esperanzadora. “Los chicos se acercan después de las charlas, agradecen, preguntan. Vemos que el mensaje llega”, contó Silvia, quien además resaltó que en recientes controles de alcoholemia en autopistas, la mayoría de los casos positivos no fueron jóvenes, sino adultos. “Algo está cambiando en las nuevas generaciones.”
Estrellas Amarillas está presente en todo el país y cuenta con más de 150 voluntarios activos. En La Pampa incluso tienen un espacio en el Hospital Molas donde trabajan psicólogas, abogados y estudiantes. Todo ad honorem. “Somos madres que hace 20 años estamos en esto, pero nos apoyamos en las nuevas generaciones para seguir llegando”, describió Silvia.
Con frases duras pero necesarias, Fran interpeló a los presentes sobre las decisiones que tomamos antes de subirnos a un vehículo. “Si ese día no hubiese habido nadie caminando donde me desvié, nadie hubiera muerto. Pero el peligro ya estaba desde el momento en que manejé alcoholizada”, reconoció.
González relató un momento especialmente movilizante que vivió en Bolívar: “Ayer me pasó algo muy fuerte. Vino la hermana de Melina, una chica de Bolívar que tuvo un siniestro vial en febrero en mi provincia. Desde entonces estamos con ella todos los días. Melina ya es parte de la familia de Estrellas Amarillas”. Ese vínculo afectivo profundizó el sentido de su visita, como también el hecho de que el 10 de junio —fecha de las charlas— es una jornada clave para la concientización vial a nivel nacional. “Teníamos muchas actividades, pero cuando vi el programa, el entusiasmo de los funcionarios y ese título tan simbólico que eligieron —‘Vos tenés la llave’—, no lo dudé. Acá había un compromiso real”, destacó.
Silvia valoró especialmente el nivel de involucramiento de las instituciones locales: “Nosotros vamos a otras provincias donde el director de Tránsito y un par de agentes están solos. En cambio, acá estaba la jueza de Faltas, la Dirección de Fortalecimiento Institucional, bomberos, policía, escuelas… eso no es habitual. Y es fundamental que desde el Estado se explique por qué se hacen los controles, por qué se ponen límites. No es para recaudar”. “Yo hubiera dado lo que fuera porque me saquen el auto ese día. Hubiera dado cualquier cosa por volver el tiempo atrás”, añadió Chavez.
Con un mensaje contundente a favor de la ley de alcohol cero, expresó: “Nada te garantiza que no se te caliente el pico. Cero es cero. Y el alcohol cero no mata a nadie. En cambio, manejar alcoholizado sí”. González también remarcó el impacto económico y humano de los siniestros: “Una válvula cerebral para un chico que anda sin casco sale 30 mil pesos. Eso lo paga el hospital, lo paga el municipio, lo pagamos todos. Y nadie tiene en cuenta que una familia nunca más se recupera de una pérdida así”.
A 20 años del hecho que le cambió la vida para siempre, Silvia aún sostiene con firmeza su compromiso. “Un montón de veces estuve a punto de abandonar. En 2008 estuve en terapia intensiva, en 2012 me atropellaron cuando cruzaba por la senda peatonal. Pero sigo. Sigo porque lo que me pasó no puede pasarle a otra persona”. También habló sobre el asesino de su hijo: “Lo conocía. Era puntero político. Lo había fotografiado en un juicio anterior por robo en banda. Le dieron tres años de prisión por eso. A los seis meses de salir, mató a mi hijo. Borracho, drogado, sin frenos, sin luces, sin licencia, sin seguro. Y lo peor es que iba con un policía al lado. Todo estaba mal. Pero en ese tiempo no había agencia científica ni protocolos. Todo eso se fue logrando después, a fuerza de insistir, de llevar el caso a los medios, hasta que lo detuvieron”.
Fran fue clara al remarcar que el dolor atraviesa a todos los involucrados. “La familia del victimario también sufre. A mí me destruyó la vida, caí en el alcoholismo, estuve presa. Mi hijo tenía cuatro días cuando me detuvieron”, relató.
Finalmente, Silvia concluyó con una reflexión que resume el corazón de la campaña: “Si uno no conoce los riesgos, no se cuida. Por eso vinimos a Bolívar: para que conozcan, para que entiendan, para que se cuiden. Porque todos tenemos la llave”.