CON EL CORAZÓN EN LA MANO Y LA EMOCIÓN A FLOR DE PIEL, UN DÍA VOLVIÓ MARCELO A BOLÍVAR

Iba a escribir un artículo periodístico, pero por esta vez voy a preferir subir junto a esta nota la conferencia de prensa que brindó Marcelo Tinelli junto a Bali Bucca y Marcos Pisano, y contarles qué me pasó a mí durante esa conferencia y durante la jornada de ayer.
Lo primero que voy a decir, para que no me encasillen de antemano, es que no soy un fan de Marcelo, no soy un tipo cholulo y no tengo ni una foto con él, aunque alguna vez en una consagración voleibolera me sacaron una haciéndole una nota y noté cómo me saca más de una cabeza en altura. Pero sí soy un tipo que me emociono con cosas y con momentos. Un blando, dirán algunos, un sensible pensarán otros, un gil opinarán los más duros.
Ayer me encontré con la sensación de que hay cosas que son irremplazables, inolvidables, no perecederas, hay momentos que quedan para siempre y que vuelven inevitablemente a nuestras vidas de forma constante, como un loop eterno que nos hace bien. Al menos eso observé en Tinelli.
El tipo de mundo, el as de la televisión, el que recorrió el globo en todos sus meridianos y sus paralelos, uno de los tipos más importantes e influyentes del país, ayer fue un hombre que abrió su corazón para compartir sus emociones con gente que las iba a saber comprender. Porque puede contarle a un porteño lo que es una milhojas de La Scala, pero sólo va a entender el comentario con todos los sentidos (incluidos el tacto y el del gusto) un bolivarense que también la probó.
Y lo mismo pasa cuando habla del Cine, de los continuados de los miércoles, de la farmacia de la esquina de su casa, de cómo cruzaba la plaza Alsina para ir hacia el colegio Cervantes. Incluso compartió algo tan íntimo como la anécdota de uno de los pocos recuerdos materiales que le quedó de su padre, un anillo que rescataron en el cementerio de Bolívar cuando exhumaron el cuerpo de su padre para trasladarlo a “Jardín de Paz”.
Marcelo ayer abrió su baúl de los recuerdos y volvió a pasar por todos esos lugares y sentires, porque estaba con los suyos, en su casa, en la casa grande que comparte con otros 38 mil bolivarenses, que entienden de lo que está hablando.
Entonces comprendí que el mundo, muchas veces, se reduce a lo que somos. Y lo que somos, casi siempre, se remite a lo que fuimos. Y no hay dudas de que Tinelli fue un tipo de pueblo, porque lo sigue siendo, aunque haga 50 años que no habita a diario estos paisajes nuestros.
Más de uno en este momento dirá: “¿y a mí qué me importa lo que pensabas vos mientras entrevistabas a Tinelli? Yo quiero escuchar qué dijo él…”. Totalmente comprensible. Les dejo la conferencia completa. Mirenlá porque está muy buena. Habló de todo, desde el rol del estado hasta cómo surgió el maratón, pasando por todas esas emociones, que son las que, al menos a mí, más me quedaron en la memoria.