AULAS VACÍAS: LA EX DIRECTORA DE EDUCACIÓN, DÉBORA ALBANO, Y UNA MIRADA CRÍTICA AL RÉGIMEN ACADÉMICO

Una publicación realizada en redes sociales por Débora Albano, quien se desempeñó como Directora de Educación del Partido de Bolívar hasta el pasado 28 de febrero, generó una amplia repercusión en la comunidad educativa y dejó expuesta una preocupación compartida por numerosos docentes. Acompañada por la imagen de un aula vacía, su reflexión puso en palabras una lectura crítica que, según quedó demostrado en los comentarios, es común entre quienes trabajan a diario en las escuelas.

Albano describió un escenario en el que las aulas permanecen sin estudiantes, mientras docentes, preceptoras, auxiliares, directivos y equipos de orientación destinan gran parte de su tiempo a tareas administrativas. En ese marco, cuestionó con dureza el nuevo régimen académico, al que definió como un “fracaso”, señalando que más días de clases y mayores oportunidades para aprobar no se traducen en mejores aprendizajes ni en mayor compromiso estudiantil.

En su mensaje, la exfuncionaria advirtió sobre el desgaste creciente del personal docente, que —según expresó— luego es “denigrado o puesto bajo la lupa”, y aportó un dato contundente desde su experiencia: en dos décadas de trabajo nunca había tenido tantos estudiantes sin aprobar como en el último período. A ello sumó que una cantidad similar de alumnos pasó de diciembre a febrero sin intensificar ni rendir, en muchos casos por inasistencias o falta de interés.

El posteo fue replicado y respaldado por numerosos colegas, entre ellos el docente Marcelo López, quien profundizó las críticas al señalar que el sistema actual permite aprobar por mera repetición de contenidos, vaciando de sentido la enseñanza. López cuestionó la supuesta “centralidad de la enseñanza” que se enarbola desde los discursos oficiales y se preguntó cuál es hoy el verdadero lugar del docente dentro del sistema.

Además, planteó que históricamente se responsabiliza a los educadores por los malos resultados, cuando —a su entender— son las decisiones erróneas en materia de política educativa las que provocan una devaluación progresiva de la enseñanza y del aprendizaje. En ese sentido, denunció la pérdida de espacios para pensar críticamente lo educativo, investigar la propia práctica y dar voz a quienes están en el aula, en favor de reformas que responden más a modas ideológicas o intereses políticos coyunturales que a un diagnóstico profundo de la realidad escolar.

Las reflexiones de Albano y López, lejos de ser aisladas, dejaron al descubierto un malestar extendido en el sistema educativo y reavivaron el reclamo para que quienes diseñan las políticas “bajen a territorio”, recorran las escuelas y escuchen a los docentes. Un llamado de atención que interpela directamente a la conducción educativa y pone en debate la calidad de la enseñanza y el rumbo de las transformaciones implementadas.

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