30 DE NOVIEMBRE, DÍA DEL MATE: PROTAGONISTA DE UN DOMINGO LLUVIOSO Y DE UNA IDENTIDAD NACIONAL
Este domingo gris y lluvioso ofrece el escenario perfecto para celebrar el Día Nacional del Mate, una efeméride que cada 30 de noviembre invita a reivindicar a la infusión más popular del país, quizás acompañada por unas clásicas tortas fritas. La fecha fue instituida por la Ley 27.117, sancionada en diciembre de 2014, en homenaje al comandante guaraní Andrés Guacurarí y Artigas, figura clave en el desarrollo de la producción yerbatera en Misiones.
El natalicio de Guacurarí y Artigas, en 1778, explica la elección del día. Adoptado por José Gervasio Artigas y conocido como Andresito, fue el único gobernador indígena de la historia argentina y se destacó por impulsar la defensa, el cultivo y la distribución de la yerba mate en la Provincia Grande de Misiones entre 1815 y 1819. Su legado permitió consolidar una actividad que ya tenía raíces profundas en la cultura guaraní, donde la yerba —proveniente de la planta Ilex paraguariensis— era considerada un bien sagrado de usos rituales, medicinales y alimenticios.
Con la expansión del Virreinato del Río de la Plata, la infusión se convirtió en un producto de amplio consumo y en eje de un intenso tráfico comercial. Siglos más tarde, su centralidad cultural quedaría plasmada en la Ley 26.871, que en 2013 declaró al mate como “Infusión Nacional”, destacando su papel en la vida cotidiana del país. Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), la bebida está presente en el 90% de los hogares argentinos, con un consumo promedio anual que supera los 6,4 kilos por habitante.
Más que una costumbre, el mate funciona como un puente social. En rondas de amigos, en familias o incluso en momentos de estudio o trabajo en soledad, compartir “unos mates” sigue siendo sinónimo de encuentro, pausa y acompañamiento. Esa dimensión afectiva atraviesa generaciones y refuerza su valor como símbolo identitario.
La efeméride también sirve para destacar la diversidad y evolución del consumo. El INYM impulsa cada año actividades de difusión y promoción, poniendo en relieve las propiedades nutricionales de la yerba, rica en antioxidantes, vitaminas y minerales. Paralelamente, la tradición convive con nuevas tendencias: yerbas saborizadas, blends con frutas o hierbas, derivados como bebidas energéticas, formatos instantáneos y usos gastronómicos en helados y cócteles. Innovaciones que amplían horizontes sin perder la esencia de una costumbre que, aún hoy, sigue uniendo a todo el país.